Agárrate fuerte porque en este post voy a contarte cómo, gracias a una jugada (o más bien jugarreta) de la vida, aprendí a fluir de golpe y porrazo.
Tú imagínate que mañana mismo te vas a hacer el viaje de tu vida:
- Has ahorrado mucho (unos 2.500 €).
- Te has organizado para poder marcharte 3 semanas.
- Estás casi con un pie en el avión, y…
!!Todo se cancela!!
Te puedes imaginar la cara de ¡OMG! que se me quedó.
Y lo mejor viene cuando alguien (con buena intención) te dice que te relajes, que tienes que aprender a fluir, be water… El comentario más oportuno del mundo, ¿verdad? 😉
Lo cierto es que se puede fluir en todo tipo de situaciones, incluso las más adversas, por muy difícil que te parezca en ese momento. Es cuestión de conocer unas cuantas técnicas y practicarlas.
Porque ¿sabes qué es en realidad fluir con la vida?
Sigue leyendo y te cuento lo que yo aprendí sobre fluir gracias a esta experiencia. Vamos a ello.
✅ Qué es fluir con la vida (o vivir en modo flow)
Vamos a ver una noción de qué es fluir con la vida, para que vayas haciéndote una idea.
Me gusta mucho la definición que da un autor de referencia, Mihaly Csikszentmihalyi, psicólogo y autor del libro Fluir: Una psicología de la felicidad. Creo que te va a ayudar a entender qué es ese modo flow:
Fluir con la vida es ser capaces de sentir una experiencia como placentera, a pesar de las dificultades o el cansancio.
Para este autor, la felicidad no surge al azar, sino que es algo que se cultiva. Así que cuantos más momentos flow tengamos en nuestra vida, más felicidad estaremos logrando.
Para ser capaces de fluir con una experiencia, nos pone 3 requisitos:
- Tener un objetivo claro y realista: si tus acciones no tienen un «para qué», mal vamos.
- Ser conscientes de lo que generamos: o, dicho de otra manera, no perder el contacto con la experiencia presente. Puedes hacerte estas preguntas: ¿Está siendo útil lo que estoy haciendo? ¿Me sirve para resolver algo?
- Que haya un equilibrio entre «querer» y «poder»: es decir, que tengamos las herramientas para resolver una situación en modo flow. Si no tenemos recursos y nos supera, no vamos a ser capaces de fluir.
Te pongo un ejemplo: no puedes entrar en flow jugando al póker si no conoces las estrategias. Ni tampoco si te enfrascas tanto en una situación que dejas de tener los pies en la tierra y pierdes perspectiva.
Pero, con un poco de práctica, es posible generar cada vez más momentos de fluidez que te harán sentir mejor.
✅ Así aprendí yo a fluir con la vida tras perder las vacaciones de mis sueños
Solo faltaban 4 horas.
Había programado un viaje por Latinoamérica para hacer varios cursos de meditación con mi maestro.
Sabía que no iba a ser barato, pero no me importó apretarme el cinturón durante meses. Solo pensar en que por fin iba a asistir a esos cursos me hacía feliz.
Además iba con mi novio. Más idílico, imposible.
Semanas antes del vuelo ya lo teníamos todo preparado:
- Ropa.
- Tienda de campaña.
- Esterilla nueva ultraligera.
- Cojín de meditación plegable (también nuevo, a estrenar para la ocasión).
- Mochila para no tener que facturar en cada vuelo.
- Y ¡máxima ilusión!
Ya habíamos cogido el autobús hacia Madrid y, cuando estábamos haciendo el check-in, llega la bomba: un email en inglés nos comunica que se cancela el vuelo que nos iba a llevar a Florida (desde allí íbamos a volar a Panamá).
Sin más explicaciones.
Nos devolvían el importe del primer vuelo (el cancelado), pero no nos daban opciones para tomar otro que nos permitiese llegar a tiempo para el segundo.
No habíamos contratado un seguro y la única posibilidad que encontramos valía más de 1.400 €. No era viable después de lo invertido.
Así que no había solución: se acabó. Nos quedamos sin viaje. Punto.
¿Te puedes imaginar la decepción?
👉 ¿Cuál es la forma más sabia de relacionarte con esa experiencia?
Esa es una pregunta que siempre plantea Jon Kabat-Zinn, una referencia en mindfulness, y me parece una manera muy interesante de comenzar a reflexionar sobre la fluidez.
Cuando te pasa algo como lo que me pasó a mí, es fácil que te posiciones en contra.
- Te enfadas.
- Gritas.
- Lloras.
- Maldices tu suerte.
- Te lamentas por no haber sido más previsora (y contratar un seguro).
¿Cuál es el efecto de todo esto? Sin duda, victimización y malestar.
La otra postura que puedes elegir es ponerte a favor. Eso no significa que estés de acuerdo, sino que sabes que es la manera más inteligente de afrontar la situación. Es actuar con sabiduría.
✅ Deja que la vida fluya: claves prácticas para aprender a fluir sin caer en la resignación
Es muy importante que distingas si estás fluyendo con una determinada situación o estás resignándote (porque no puedes cambiarla y no te queda más remedio que comértela «con patatines», como dicen en mi tierra).
Podemos fluir a pesar de que algo no nos guste o nos haga daño. Por ejemplo:
- Fluimos con el dolor cuando nos encontramos mal por una enfermedad, pero nos comprometemos con la vida al dejar el malestar en segundo plano.
- Fluimos con la tristeza cuando perdemos a un ser querido, pero continuamos viviendo a pesar de ello.
La diferencia está en la aceptación. Si aceptas lo que ha sucedido y le haces un hueco a esas sensaciones, empiezas a liberar tensión y poco a poco empiezas a fluir.
Vas a entenderlo al cien por cien después de leer estas 4 claves:
👉 1. Stop a la rumiación
Si ya ha ocurrido lo que sea que haya ocurrido, y no puedes hacer nada, por favor: no te pongas a rumiar.
Nadie es dueño de sus pensamientos y no puedes elegir qué pensamientos acuden a tu mente. Si yo te pidiese que dejases de pensar en ello te estaría causando más estrés.
Por eso yo no te voy a pedir eso, pero sí que no caigas en la rumiación.
Rumiar un pensamiento es darle mil vueltas dentro de tu cabeza hasta que te agotas sin haber llegado a ninguna conclusión útil.
Te recomiendo que leas otros post que he escrito sobre esto, en concreto este sobre qué es la rumiación y qué efectos negativos tiene sobre tu mente y tu salud, pero mientras tanto vete tomando nota: si ha ocurrido algo negativo es normal que te vengan pensamientos sobre eso.
Durante varios días a mí me vinieron pensamientos sobre lo injusta que era la situación:
- Diez meses ahorrando.
- Todo reservado.
- El equipaje listo…
Es normal, es más, es una especie de duelo necesario para integrar lo ocurrido.
Pero puedes tomar la decisión de dejar esos pensamientos de fondo, no tienen que estar en primer plano.
Acepta que es normal que los tengas, pero no dejes que sean los protagonistas de la situación y tú… sigue adelante.
👉 2. Controla el overthinking
Es decir, abraza el minimalismo mental. Silencia el ruido de tus pensamientos.
Overthinking es el término que usarían los americanos para referirse a ese pensar de más que a veces convertimos en un hábito.
Tu cabeza se dispara y funciona a toda velocidad. Los pensamientos te bombardean y da la impresión de que no hay nada que pueda parar esa tormenta desatada dentro de tu cerebro.
Pero se puede aprender a hacerlo. Recuerda que la mente se entrena como si fueses al neurogym y poco a poco empiezas a tomar las riendas de la situación: te conviertes en líder de tu mente.
Mi consejo es que pongas en práctica técnicas de meditación y mindfulness como las que te explico en este post, y empieces a comprobar por ti mismo cómo es posible aprender a fluir con la vida de un modo mucho más sereno.
👉 3. Descarga la tensión y deja que fluya
Cuando sientas que empiezas a acumular demasiada tensión por lo dolido o frustrado que te encuentras ante una situación, echa el freno y…
- Respira hondo: haz un hueco para las sensaciones desagradables que te provoca esa situación. La aceptación es la mejor forma de gestionar las emociones en situaciones difíciles.
- Expande tu cuerpo: observa cómo te sientes. ¿Tienes la garganta apretada, la mandíbula tensa, un peso en la boca del estómago? Toma aire y afloja los músculos.
Verás que poco a poco empiezas a notar cómo la tensión cede, al menos lo suficiente como para que te permita afrontar la situación de una manera más sabia.
👉 4. Comprueba si lo has hecho bien y todo fluye
Presta atención a la respuesta fisiológica de tu cuerpo ante las diferentes maneras de afrontar lo que te ha ocurrido:
- Cuando te resignas, tu cuerpo se carga de tensión, de enfado y de frustración. En tu mente aparece la queja y el victimismo.
- Cuando aceptas, liberas tensión y empiezas a fluir sin caer en bucles.
Sentir tu cuerpo, notar cómo está respondiendo ante esa experiencia negativa, es una manera efectiva de saber si realmente estás fluyendo con la vida.
✅ ¿Que hice yo después de estar en shock? Decidir que la vida es para vivirla
Yo decidí que aunque no me fuera de viaje porque no podía pagar más billetes, tampoco me iba a quedar de brazos cruzados, así que pasé a la acción. Me hice dos preguntas:
👉 1. ¿Hay algo que pueda hacer para solucionar lo sucedido?
En mi caso, llamé a la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) e hice los trámites correspondientes para ver si podía recuperar algo del dinero invertido en el viaje. No se pudo hacer nada.
👉 2. ¿Puedo hacer alguna otra cosa que sea valiosa para mí?
Pues sí: cogí la mochila que tenía preparada y me fui a Madrid. Mejor dicho: me fui a disfrutar Madrid.
- Conocí el Matadero (lo tenía pendiente).
- Comí en StreetXo y probé los platos de Daviz Muñoz (también estaba en mi to-do list).
- Monté por primera vez en mi vida en un monopatín urbano y me reí lo que no está escrito.
- Me tomé un vermú y unos calamares en Casa Macareno.
Tenía ganas de disfrutarlo todo con tiempo y sin quehaceres. Madrid me pareció una experiencia maravillosa.
Y al final, el momento se hizo mucho más llevadero, que si me hubiese quedado en casa pensando en la injusticia y todas sus implicaciones negativas (que no eran pocas).
¿Se fueron por completo los pensamiento sobre lo que había ocurrido? No, ni mucho menos, pero es que ese no era el objetivo.
El objetivo era empezar a fluir, hacerle hueco a ese malestar que se traduce en tensión, emociones y pensamientos. Y mientras haces eso sigues comprometiéndote con tu vida:
- No rumias.
- Pasas esos pensamientos a segundo plano.
- Traes tu atención al momento presente.
Y así, viviendo el presente, tratas de cultivar un momento valioso como el que yo viví en Madrid.
✅ No es magia: entrénate para aprender a fluir
Espero que mi experiencia te haya servido para comprender que es posible fluir a pesar de que te hayas llevado un revés importante.
Como es lógico, te va a ayudar mucho que tengas cierto entrenamiento mindful para aprender a controlar tu mente (si quieres saber cuáles son los principales beneficios del mindfulnes haz clic aquí y lee este post).
A mí me sorprendió mi reacción, creo que es en esas situaciones cuando se nota la práctica en meditación y en técnicas para desengancharse de los pensamientos.
Pero no te olvides de que cualquier momento es bueno para empezar.
Si te animas a entrenar tu mente para tener más destreza, me gustaría invitarte a nuestro mini-curso gratuito sobre Mindfulness y Ansiedad, en el que tratamos temas como cuál es el origen de la ansiedad, cuáles son sus activadores y qué ejercicios puedes hacer para aprender de ella.
Y es totalmente gratis. Si te apetece conocer más sobre mindfulness, empieza hoy y… fluye con la vida. 😉