¿Cuándo fue la última vez que saliste un día entero de casa y no te llevaste el móvil?
¿Eres capaz de estar solx, en silencio con tus pensamientos, sin que se te escape la mano a tu dispositivo?
¿Qué es lo primero que haces por la mañana en cuanto abres los ojos? ¿Mirar el teléfono?
Quizá es un buen momento para que te pares y revises la cantidad y la calidad del tiempo que dedicas a tu móvil. Te propongo que lo pongas en una balanza junto a otras cosas importantes de tu vida.
Quizá (solo quizá) te lleves una sorpresa.
La adicción al móvil está más extendida de lo que puedes pensar y es la causa de muchos problemas físicos y psicológicos.
Y aún así es bastante desconocida, por eso este es el primer post de una serie que voy a dedicar a explicar qué es la nomofobia y cómo puedes empezar a tener una relación más saludable con tu teléfono móvil.
¿Te interesa? Pues sigue leyendo porque te voy a contar mucho más.
✅ No sin mi smartphone: cuando la adicción al móvil (o nomofobia) se convierte en un problema
Si no habías oído antes esa palabreja y no sabes el significado de nomofobia, hoy te voy a explicar a fondo qué es.
La nomofobia se refiere al miedo o la angustia que sienten algunas personas cuando no tienen a mano su teléfono móvil.
Da igual que se lo hayan olvidado o que sencillamente se hayan quedado sin batería: la sensación de desconexión los abruma, les produce una enorme ansiedad y necesitan tener su smartphone a mano para sentirse seguros de nuevo.
La palabra viene de la expresión inglesa no mobile phone phobia y resume perfectamente lo que es la adicción al teléfono móvil.
¿Te sorprende que hablemos de esto? ¿Pensabas que solo hay adicción al móvil en adolescentes?
Me temo que no: adictos al móvil hay en todas las franjas de edad. Deja que te dé algunos datos (son de la VI Edición del Estudio sobre Adicción al Móvil elaborada por Rastreator):
- Los españoles dedican a su móvil 4 horas y 10 minutos al día, de media.
- Además, 6 de cada 10 reconocen que lo primero que hacen al levantarse y lo último antes de dormir, es mirar su móvil.
- Y el 25% de la población entre 18 y 65 años se considera a sí misma adicta al móvil.
Estar horas y horas delante de una pantalla es como estar mirando un tren que pasa y pasa sin detenerse ni un momento. Todo el tiempo nos está enviando estímulos.
Por eso, cuando dejamos el móvil y “regresamos” a la vida cotidiana nos parece que nos falta algo, que todo está demasiado quieto y en silencio.
Y para resolverlo (y calmar la ansiedad que nos provoca), de nuevo cogemos el móvil.
👉 ¿Cuándo empezamos a hablar de adicción al móvil? ¿En qué momento se cruza la línea roja?
Podemos hablar de que hay una adicción al móvil cuando hacemos un uso desmedido e insano, que nos lleva a descuidar cosas que son importantes, como:
- El descanso.
- Las relaciones personales.
- El trabajo.
- Etc.
No obstante esto es muy general, así que iremos profundizando para darte pistas sobre una posible dependencia. De esa manera puedes empezar a tomar pequeñas decisiones para cambiar el rumbo.
Y no te preocupes, que no vamos a ponernos extremistas y decir que los móviles son el demonio disfrazado y que no hay que usarlos.
Primero, porque eso no es así.
Los móviles son dispositivos útiles que nos hacen la vida más fácil en muchos sentidos.
Y segundo: porque es imposible. El móvil ha llegado para quedarse, y ponerse a luchar en contra de eso es una batalla perdida de antemano.
Lo que vamos a hacer es usar nuestras energías en hacer algo mucho más práctico: vamos a aprender a usar el móvil (y eso incluye todo lo que trae consigo: redes sociales, juegos y demás aplicaciones).
“Alba, ¡ya sé usar el móvil!”.
Perdón, en realidad quería decir que vamos a aprender a usarlo bien:
- De forma que sume energía, no que reste.
- Que aporte valor a tu vida.
- Que sea una fuente de felicidad.
Estoy convencida de que podemos ser criaturas “digitales” y, a la vez, sabias. No, como digo a veces, “unos yonkies del piloto automático y del scroll”.
✅ 7 cosas que ocurren cuando usas tu smartphone de manera no saludable
Utilizar en exceso el teléfono móvil no es una broma: tiene consecuencias en tu salud física y psicológica.
👉 1. Empeoran las relaciones interpersonales
Casi sin darte cuenta, se van produciendo cambios en tu día a día, como por ejemplo empezar a descuidar a tus amigos porque pasas demasiadas horas mirando la pantalla.
¿Puedes mantener una conversación larga, en profundidad, sin interrumpir ese momento de conexión con la otra persona para mirar tu móvil?
¿Eres de las personas que, cuando se toman un café con los colegas, siempre pone el móvil sobre la mesa para no perder notificaciones?
Cuidado con esas pequeñas señales.
👉 2. Tu relación contigo mismx se resiente
Eso sucede cuando no eres capaz de pasar momentos a solas con tus pensamientos. ¿Y a qué recurres? Efectivamente: al móvil.
Y ojo, que no te estoy hablando de que hagas horas de meditación o que hagas un retiro de silencio (que también podría ser); sino de tiempos que todos tenemos, por ejemplo, mientras esperas el autobús, o en la consulta del médico…
También puede ser un pequeño paseo o sentarte en el salón a media tarde mientras te tomas una infusión…
Son momentos sencillos que podrías aprovechar para relajar tu mente y darte unos minutos de conexión contigo mismx. ¿Lo haces?
Además, quizá le estés restando tiempo a otras cosas como el ejercicio, la lectura o algún hobbie. Puede que incluso notes que te cuesta centrarte y mantener la atención.
👉 3. Crece la ansiedad
No estar conectadx (aunque sea un rato), te provoca un cierto grado de ansiedad que calmas volviendo a coger el móvil. Y así entras en una rueda que puede llegar a ser un problema si no empiezas a gestionarla bien.
Te recomiendo que leas más sobre qué es la ansiedad y cuáles son sus síntomas o directamente te apuntes a mi programa ADLA para liberarte de la ansiedad.
👉 4. Aumenta la insatisfacción general
Ten en cuenta que a través del móvil, vía redes sociales la mayoría de las veces, estás accediendo a mucha información sobre la vida de otras personas. Eso acaba haciendo que juzgues la tuya y créeme si te digo que, cuando te juzgas así, sales perdiendo.
En esa situación, generas expectativas muy altas y comparaciones que acaban en frustración e insatisfacción.
Tu vida nunca te va a parecer lo suficientemente buena si la comparas con todas las cosas maravillosas que cuelga la gente en sus redes sociales (y que la mayoría de las veces no se corresponden con su vida real).
👉 5. Aparece la fatiga por decisión
¿Sabes qué es eso? Verás, cuando pasas tiempo sobreexpuestx a demasiada información (que no procesas, como te expliqué antes) tu cerebro se cansa y puede llegar a agotarse.
Visitas en posts que no lees, pasas Instagram por delante de tus ojos pero no te fijas, abres los correos y los cierras…
Es decir, vas de puntillas por todo pero no te quedas con nada. No te detienes a digerir la información. Eso te consume mucha energía vital sin aportarte nada a cambio.
¿Por qué consume tanto?
Pues porque estás tomando decisiones constantemente. Cada vez que cambias de una cosa a otra, tomas una microdecisión.
Una no te cansa, dos tampoco… pero ¿tienes una idea de cuántas microdecisiones tomas al día? Muchas más de las que crees, Y te dejan agotadx, estresadx y vacíx.
👉 6. Notas problemas musculares y peor calidad de sueño
Se resiente sobre todo la zona del cuello y hombros, por sobrecarga, al pasar demasiado tiempo con la cabeza inclinada sobre el teléfono. De ahí pueden venir contracturas musculares.
También puede aparecer rigidez u hormigueos en los dedos. Y si va a más, tendinitis.
La excesiva exposición a la luz azul y la radiación electromagnética también pasa factura. La calidad del descanso se resiente y puedes notar que te duele más la cabeza (si tienes problemas para conciliar el sueño, puedes echar un vistazo a esta meditación mindfulness para dormir).
👉 7. Tienes miedo a perderte algo
Claro, porque en las redes sociales no paran de suceder cosas, y si dejas de mirar te vas a quedar atrás. O al menos tú tienes esa impresión. Es el síndrome de FOMO (Fear Of Missing Out).
Puedes llegar a pensar que, si no estás pendiente, se van a olvidar de ti, te van a excluir o te quedas fuera de algún círculo.
Así que calmas esa ansiedad con más tiempo. Y lo pagas con más fatiga y más estrés.
Te invito a salir de esa rueda. ¿Te vienes conmigo?
✅ Puedes poner punto y final a la nomofobia: empieza tu desintoxicación digital
A lo mejor te has dado cuenta leyendo esto, de que te sentirías mejor si reduces un poco el tiempo que le dedicas al móvil y se lo devuelves a otras cosas de tu vida.
En realidad, se trata de hacer un uso más consciente del teléfono. Un uso en el que tú decidas cuándo, cuánto y cómo. Es decir: que tomes las riendas.
Eso solo te va a traer satisfacciones, créeme.
En los próximos post seguiré dándote pistas para identificar la adicción al móvil; pero sobre todo, para salir de esa intoxicación digital y pasar a ser un sabio o una sabia digital.
¿Que quieres algo YA, directo y al grano? Entonces te recomiendo que te sumes a mi programa Detox Digital Basado en Mindfulness (DDBM) y empieces a desengancharte sin perder ni un segundo.
También puedes apuntarte al Mindful Club, mi comunidad gratuita, en la que vuelco un montón de información mindful muy interesante para tu día a día.
¿Te apuntas? ¡Te espero dentro!